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Cadenas de valor
Asaí de altura, La Paz se suma a la producción nacional del súper fruto amazónico

Asaí de altura, La Paz se suma a la producción nacional del súper fruto amazónico

Por primera vez, comunidades indígenas del norte paceño comercializan su producción de asaí, un logro colectivo que reactiva infraestructuras dormidas, genera alianzas, empodera a mujeres y proyecta a La Paz como un nuevo productor del fruto estrella de la Amazonía boliviana.

La Paz no sólo está rodeada de montañas, también abraza la selva. Y desde lo profundo de su Amazonía, el departamento celebró en sus efemérides una noticia tan innovadora como prometedora: ya produce comercialmente asaí, el fruto amazónico considerado un superalimento por sus altas propiedades nutricionales.

Los municipios de San Buenaventura e Ixiamas, en el norte paceño, marcaron un hito con la entrega a la Empresa Boliviana de Alimentos (EBA) de su primer lote comercial, que supera los 8060 kilogramos de pulpa de asaí, gracias al trabajo conjunto de las comunidades de Carmen Pecha, Santa Rosa de Maravilla y Tumupasa, pertenecientes al territorio Indígena Tacana.

En este territorio existe en abundancia la palmera de asaí, en algunas comunidades se puede encontrar hasta 500 plantas por hectárea, no sólo en las pampas, también en las serranías colindantes con el Parque Nacional Madidi.

El asaí (Euterpe precatoria) es una palma nativa de la Amazonía boliviana, valorada por su fruta rica en antioxidantes, vitaminas, grasas saludables y proteínas. Hasta ahora, la producción se concentraba principalmente en Pando y Beni. La Paz se integra oficialmente como el tercer departamento productor de este súper fruto.

“Nos hacía falta un trabajo así porque somos las mujeres quienes tenemos la responsabilidad de nuestros hijos. Esto nos ayudará a mejorar nuestros ingresos sin dejar la comunidad”, dice con emoción Siria Macuapa, lideresa de la comunidad Carmen Pecha.

Lo que hoy es motivo de celebración comenzó como un sueño largamente acariciado por el pueblo Tacana, que desde hace más de tres décadas protege activamente su territorio. La falta de asistencia técnica, capacitación y conexión con mercados había dejado en el olvido a plantas de procesamiento construidas años atrás. Polvo, silencio y abandono.

Eso cambió recientemente, cuando una alianza técnica promovida por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), a través del Proyecto Bosques Sostenibles, con financiamiento de la Plataforma Ambiental de la Unión Europea y Suecia, reactivó el proceso. El esfuerzo articulado incluyó a WWF Bolivia, EBA y a la empresa privada Biofood, entre otros actores.

El primer paso fue garantizar una cosecha segura y eficiente. Para ello, expertos recolectores de la Reserva Manuripi, en el departamento de Pando, capacitaron a comunarios en el trepado técnico de las palmeras, brindándoles kits especializados y formación práctica para el manejo y traslado del fruto.

Víctor Hugo Dumay, de la comunidad de Santa Fe, explicó: “Es la primera vez que participo en una cosecha de asaí. He aprendido dos métodos de escalada. Al inicio se me complicó, pero la práctica nos ayudará a mejorar y aprovechar mejor nuestro asaí”.

La segunda etapa, más desafiante aún, fue reactivar y operar las plantas de procesamiento. Durante días, especialistas de Riberalta acompañaron a las comunidades paso a paso: limpieza, calibración, ajustes mecánicos, todo mientras la producción avanzaba. Cada parada de una máquina se convertía en una clase práctica.

“Nuestra gente aprendió a manejar la tecnología y le ha perdido el miedo. Aprendimos resolviendo problemas reales. Se aprendió a producir y eso no debe detenerse ahora. Es una actividad que debe convertirse en un sustento para las familias”, comentó Roderi Villamor, corregidor de Carmen Pecha.

En esta misma comunidad, un grupo de mujeres lideró el proceso de recepción, control de calidad, despulpado y envasado, trabajando a lo largo de toda la cadena de frío hasta el despacho final. El empoderamiento fue inmediato.

“Al principio había miedo. Pero conforme aprendíamos también producíamos. Al final del día, sabíamos que podíamos hacerlo”, relata Siria Macuapa.

El éxito de este primer lote motivó el interés de la Empresa Boliviana de Alimentos, que brindó acompañamiento técnico desde la selección del fruto hasta su traslado a la planta liofilizadora de Palos Blancos, donde se emitieron recomendaciones para mejorar el flujo de producción.

“Hay una cantidad extraordinaria de palmeras de asaí por hectárea. Su rendimiento en pruebas es alto y su concentración responde a los estándares que exige la industria. El norte de La Paz tiene un gran futuro para posicionarse como un importante productor de asaí en Bolivia”, dijo Jaime Mamani, representante de EBA.

La empresa Biofood, especializada en productos amazónicos, también expresó su interés de compra y su proyección exportadora. “Es emocionante ver asaí producido en La Paz. Nadie lo asociaba antes con este departamento. Esperamos, a futuro, incluirlo en nuestra oferta comercial”, manifestó Martín Dick, director ejecutivo de la empresa.

Para el Pueblo Indígena Tacana, este proyecto no es sólo económico. Es gestión territorial, cultural, género y generacional. Como lo resume Jorge Canamari, líder indígena: “Hace 33 años nos comprometimos a proteger este territorio. Hoy, este primer lote de asaí representa ese compromiso: es vida para nuestra gente y respeto a nuestra cultura”.

Este logro también representa un ejemplo de lo que es posible cuando la cooperación técnica se articula con la organización comunitaria y el compromiso territorial. El “asaí de altura” ya es una realidad. La Paz entra en la historia amazónica de Bolivia.

Sobre el proyecto

El proyecto Bosques Sostenibles, en coordinación con las comunidades, autoridades locales departamentales y nacionales, instituciones públicos y privados, cooperación internacional, viene trabajando en la protección del medio ambiente, a través de la conservación, restauración y equilibrio ecológico del bosque y su biodiversidad, promoviendo el aprovechamiento sostenible integrado a la gestión territorial, la puesta en valor de su riqueza natural y patrimonio alimentario de los ecosistemas amazónicos y chiquitano. Por lo mencionado este evento marca el cumplimiento de uno de los hitos más importantes para la amazonia del norte paceño, que es posible pensar en un desarrollo sostenible con identidad y encamina desafiantemente sus esfuerzos hacia el año internacional de los frutos amazónicos.